UNIDAD 1. INTRODUCCION TERMINOLOGIA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
- EL CONCEPTO DE
SALUD, DEFINICIÓN Y EVOLUCIÓN
Este concepto ha sufrido constantes
modificaciones a lo largo de su historia. Se trata de un término vivo, dinámico y por ello relativo, cuyo
análisis puede ayudarnos a comprender la valoración y la dinámica en torno a la
salud en cada sociedad y época ya que la salud
ha llegado a ocupar un lugar de extraordinaria importancia en nuestra vida
personal y social. El cultivo de modos de vida saludables se va convirtiendo en
un objetivo al que mucha gente consagra parte de su tiempo y su energía
(Sánchez-González, 1993). Lo que además implica la participación un gran número
de agentes sociales en la consecución de la misma, a veces con intereses
opuestos y desde perspectivas muy diferentes. Por ello deberíamos responder a
la pregunta: ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la Salud?
Así pues
esta será la primera tarea que emprenderemos en este apartado, utilizando el
concepto de salud, las dificultades de su definición y la evolución de dicho
concepto, como punto de partida.
Una vez
definido lo que entendemos como salud, es importante concretar que elementos
están determinando esta salud, favoreciéndola o dificultándola, así como los
factores de riesgo para los mismos definidos por organismos internacionales
como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Conocidos
estos factores, podemos concretar como promocionar una buena salud, y como la
Educación Para la salud, puede contribuir a ella, especialmente desde el ámbito
académico.
Y es este
periodo de escolarización donde se forjan los estilos de vida que guiaran el
resto de la evolución del individuo, y las actitudes que los determinan.
En un
mundo como en el que vivimos, en el que la salud es tan importante, la
definición de los conceptos que se manejan sobre ella tiene repercusiones
considerables, pues significa actuaciones y planificaciones diferentes.
(Sánchez-González, 1991)
El
consenso es arduo porque la palabra “salud” tiene tres características muy
acusadas que hacen prácticamente imposible encontrar una definición única y
universal del término. Esas tres características son que:
a) Puede ser usada en múltiples y muy diferentes contextos de uso.
b) Puede ser utilizada partiendo de presupuestos básicos muy diferentes
sobre lo que es la salud.
c) Que ha de resumir muchas aspiraciones ideales en torno al estado de vida
que las personas desean alcanzar.
A) Diferentes Contextos de uso:
· Contexto médico-asistencial: Este contexto está configurado por la
actividad y las necesidades de los profesionales sanitarios. En él predominan
los objetivos curativos y pragmáticos. Su paradigma de acción es la asistencia
médica individualizada a enfermos que padecen enfermedades reconocibles, con
alteraciones corporales evidentes. En este contexto el concepto primario es de
enfermedad objetiva, diagnosticable por sus signos anatómicos, físicos o
químicos. Estas enfermedades son el conjunto de las especies morbosas definidas
por la ciencia médica. Y la salud tiende a ser concebida negativamente, como
mera ausencia de enfermedad.
· El contexto cultural de los pacientes: Este contexto es el que aportan
las personas que se sienten enfermas (creen sentirse), en el seno de una
determinada cultura. En este contexto el concepto primario es el de dolencia,
interpretada según los estereotipos culturales. Los objetivos sanitarios
culturales son la recuperación de la normalidad y de la adaptación que hace
posible la vida en una comunidad.
· Contexto sociológico: Está configurado por el estudio de la sociedad
como un todo integrado. Sus objetivos son la comprensión y la actuación sobre
toda la sociedad en conjunto. En este contexto se tenderá a entender la salud
de los individuos como un estado en el que puedan funcionar eficazmente para
desarrollar su rol social. La salud será una condición necesaria para el
cumplimiento de las expectativas sociales.
· Contexto económico y político: Las necesidades económicas y los puntos
de vista políticos configuran otro contexto de uso del término “salud”. La
perspectiva económica hará ver que la salud es un bien económico. E intentará
ponerla en relación con otros factores económicos. Así por ejemplo, la
percepción individual de la salud podrá estar en relación con el nivel salarial;
y la demanda de asistencia con los precios o con el sistema de retribución a
los médicos. Y en el nivel político, la salud será concebida como el fundamento
de la libertad, la seguridad, las relaciones internacionales o la estabilidad
política.
· Contexto filosófico y antropológico: Este contexto está configurado por
alguna concepción global del ser humano. En él se tiende a definir la salud
como el estado más propia y específicamente humano, de acuerdo con la idea
antropológica que se mantenga. Así por ejemplo, puede entenderse la salud
(Sánchez-González, 1993) como un estilo de vida autónomo y responsable; o como
una capacidad de realización de los valores más específicamente humanos.
· Contexto ideal y utópico: Este contexto está influido por las ideas
acerca de la felicidad plena y la calidad integral de vida. Puede llegar a
incluir todo tipo de deseos y aspiraciones humanas, incluso las potencialidades
superiores y las realizaciones llamadas espirituales.
B) Diferentes presupuestos básicos. Estos presupuestos permiten reconocer diferentes tipos de definiciones
de salud en función de su consideración de que la salud es un estado objetivo
que puede descubrirse y definirse universalmente con independencia de los
juicios de valor o bien que la salud es más bien una construcción
histórico-cultural que se elabora y califica según valores culturales y normas
sociales. Así tenemos dos tipos de definiciones:
Definiciones
neutralistas: Estas definiciones afirman que no hay necesidad de recurrir
a los juicios de valor porque la definición de la salud y la enfermedad es
una cuestión científica empírica. Con ello manifiestan el punto de vista
biomédico según el cual existen ciertos datos anatómicos, fisiológicos o
bioquímicos identificables como patológicos independientemente del
contexto socio-cultural.
- Definiciones
normativitas: Mantienen que la salud y la enfermedad son conceptos
inevitablemente cargados de valoración sobre lo deseable, lo útil o lo
bueno. De modo que, sin hacer alguna referencia a esos valores resulta
imposible decidir si un particular estado es de salud o de enfermedad. La
salud y la enfermedad sólo podrían ser definidas en el marco de una
cultura particular y ciertos estados serían calificados como enfermedades
porque en la cultura correspondiente son vistos como malos o indeseables.
C) Distintos ideales sobre Salud: Hay
definiciones que intentan aclarar lo que debe entenderse por salud desde el
punto de vista de los posibles ideales que genera la idea de salud. Intentan
especificar cuántos aspectos deseables en el ser humano deben ser incluidos en
el concepto. Y dan origen a definiciones más inclusivas o más restrictivas,
según sea mayor o menor el número de componentes de la salud que se consideren
indispensables. Así aparecen sucesivamente, definiciones de la salud cada vez
más inclusivas. Desde las que sólo contemplan estados físicos hasta las que
incluyen estados psíquicos, sociales e incluso espirituales. De este modo se
generan cuatro tipo de definiciones, que son:
- Definiciones que se restringen
a lo estrictamente corporal: son las que tienen mayor tradición histórica.
Recordemos que la medicina desde la Antigüedad, ha estado centrada en el
cuerpo físico. Según estas definiciones la salud es un estado de bienestar
físico y de silencio de los órganos.
- Definiciones que
incluyen los factores psíquicos: Consideran que el tener un comportamiento
adecuado y disfrutar de un bienestar psicológico también deben ser
requisitos de la idea de salud.
- Definiciones que
incluyen los aspectos sociales: Incluyen además la capacidad para llevar
una vida socialmente productiva, o al menos poder desempeñar un rol
social.
- Definiciones ideales y
utópicas: Estas definiciones están influidas por las ideas sobre la felicidad plena y la calidad integral
de vida. Pueden reconocer todo tipo de deseos y aspiraciones humanas,
incluidas las realizaciones llamadas espirituales. En este contexto el
concepto de salud llega a adquirir una amplitud máxima.
Es
curioso que si analizamos la etimología de la palabra “salud” se revela una
aspiración ideal. En los idiomas latinos “salud” deriva del latín “saluus”, (o
salvus) que a su vez se deriva del griego “ólos”, que significa “todo”. Y
además, la palabra “salud” mantiene una relación etimológica y semántica con la
palabra “salvación”. De este modo, la etimología hace referencia a una
condición ideal “total” (Miguel, 2001)
Todas
estas dificultades hacen que tal vez nunca se pueda llegar a definir
integralmente la salud porque ninguna definición puede expresar todo lo que el
ser humano ansía. Y ningún concepto puede encerrar todo lo que el hombre es
capaz de ser y de realizar.
El ser
humano está siempre insatisfecho con lo que ya es en un determinado
momento. En este sentido el concepto de
salud siempre tendrá una dimensión creativa, ideal o utópica... y al mismo
tiempo cambiante, que podemos analizar a continuación, ya que existe la
necesidad de formular conceptos operativos que ayuden a diseñar programas de
actuación, a tomar decisiones y a evaluar los resultados de las mismas. En
vista de todo ello conviene “ir definiendo” la salud en cada situación, de
maneras que se adapte a cada necesidad particular, como es nuestro caso.
1.2.
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE SALUD
La salud, como cualquier otra parcela
de la realidad, transciende y a la vez está sujeta a la conceptualización que
de la misma podamos hacer en un momento sociocultural concreto. El término
salud puede evocar realidades distintas dependiendo de la época histórica, la
cultura o civilización en la que nos situemos y los actores y segmentos
sociales que lo empleen. (López, 1998). Así, nuestra aproximación al concepto
va a estar por tanto condicionada por nuestro universo cultural. (San Martín,
1981)
En un primer momento, podríamos decir que la definición más
intuitiva, y más aceptada de entender salud como ausencia de enfermedades. Así
durante la primera parte del siglo XX, el estado de
la salud pública se describe en general en términos de la presencia o ausencia
de enfermedades, y el control de las enfermedades constituye el principal
objetivo de todas las instituciones relacionadas con la salud.
Sin embargo, antes de que promediara el siglo, y
coincidiendo con el final de la Segunda Guerra Mundial, surgió una comprensión moderna de la salud,
tal como se consagra en la Carta de Constitución de la Organización Mundial de
la Salud (1946): "La salud es un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Pero
esta definición también fue rechazada por diversos autores por considerarla
utópica, estática y subjetiva (Salleras, 1985). Utópica porque no existe un
estado completo de salud; estática por que no considera que la salud es algo
dinámico y cambiante y subjetiva porque la idea de bien o malestar depende del propio individuo y de su
percepción.
De este modo, se han ido realizando diversas
definiciones del término, intentando incidir en diferentes aspectos del
término, y tendiendo a modificar los “errores” criticados en la definición de
la OMS, como puede verse en la tabla adjunta donde recogemos la evolución del
concepto desde las definiciones clásicas a las actuales.
Entre ellas destacamos la de René Dubos, en 1957,
que expresó lo que para él significaba
salud: "Salud es un estado físico y mental razonablemente libre de
incomodidad y dolor, que permite a la persona en cuestión funcionar
efectivamente por el más largo tiempo posible en el ambiente donde por elección
está ubicado". Para este autor el
elemento esencia de la enfermedad no residiría en la propia infección, sino en
una serie de estímulos, externos o internos, que alteran la resistencia del
organismo y rompen el estado de equilibrio individuo-entorno que representa la
salud. (Gavidia, 2002)
1.2.3. DEFINICIONES DE SALUD
● “La salud es la ausencia de
enfermedades”. Definición Tradicional.
● “ La salud trata de la vida
en el silencio de los órganos”. Lediche, 1937*
● "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. OMS, 1946
·● "Salud es un estado
físico y mental razonablemente libre de incomodidad y dolor, que permite a la
persona en cuestión funcionar efectivamente por el más largo tiempo posible en
el ambiente donde por elección está ubicado". René Dubos (1959)
·
“Salud es: Un alto nivel de bienestar, un método
integrado de funcionamiento orientado hacia maximizar el potencial de que el
individuo es capaz. Requiere que el individuo mantenga un continuo balance y de
dirección con propósito dentro del ambiente en que está funcionado. Comprende tres dimensiones: Orgánica o
Física, Psicológica y Social: El ser humano ocupar una máxima posición en las
tres dimensiones para gozar de buena salud o tener alto grado de bienestar, lo
cual dependerá en gran medida del ambiente que lo rodea”. Herbert L. Dunn (1959)*
·
" Un
continuo con gradaciones intermedias que fluctúan desde la salud óptima hasta
la muerte". Edward S. Rogers (1960) y
John Fodor et al (1966)*
· "Salud es un estado de bienestar físico, mental y social y la
capacidad para funcionar y no meramente la ausencia de enfermedad o
incapacidad". Milton Terris (1975)*
· “Salud es una condición de equilibrio funcional, tanto mental como
físico, conducente a una integración dinámica del individuo en su ambiente
natural y social". Alessandro Seppilli
(1971)
· “La salud es la capacidad de realizar el propio potencial personal y
responder de forma positiva a los retos del ambiente”. Oficina regional para Europa de la
OMS (1984)
· “ La salud es aquella manera de vivir que es autónoma, solidaria y
profundamente gozosa” Congreso de
Médicos y Biólogos de lengua catalana (Perpiñan, 1978)
· “La salud es aquello a conseguir para que todos los
habitantes puedan trabajar productivamente y participar activamente en la vida
social de la comunidad donde viven”. OMS, 1997
Teniendo en cuenta pues, el gran numero de
definiciones y las dificultades para
elaborarla, podemos observar la natural controversia que, como decíamos, en
nuestra sociedad ha hecho que concepto de Salud sea centro de discusión.
Hoy en día está aparentemente consensuada la definición de la
Organización Mundial de la Salud publicada en su formulación de objetivos de la
estrategia de Salud para Todos en el siglo XXI (1997) donde se definía la salud
como aquello a conseguir para que todos los habitantes puedan trabajar
productivamente y participar activamente en la vida social de la comunidad
donde viven.
Por tanto a la hora de definir este concepto, diremos, a modo de
resumen, que hay varios aspectos a tener en cuenta:
- Nuestro estado de salud
depende de un ambiente variable que rodea al sujeto, que también sufre, a
su vez, variaciones. Por ello la salud nunca puede ser definida como un
término absoluto e invariable a lo largo del tiempo y las condiciones
ambientales. Es decir, la salud es un
proceso dinámico que cambia continuamente a través de nuestra vida y, por
tanto, nadie posee un estado fijo de completo bienestar físico, emocional,
social y espiritual.
- No se puede definir un
límite exacto entre salud y enfermedad, ya que ambos son términos
relativos y dependientes de un gran número de variables. En la marcha de los procesos
evolutivos de la vida, el individuo puede seguir creciendo y
desarrollándose hacia el logro de niveles de bienestar aún mas altos
- En el concepto de salud
se deben incorporar, al menos tres aspectos, uno objetivo (capacidad de
realizar una función), otro subjetivo (en términos de bienestar) y otro ecológico (comprendido como
adaptación biológica, mental y social del propio individuo al medio que lo
rodea)
De cualquier forma, en la actualidad, la tendencia más aceptada
considera a la salud como un estado de salud–enfermedad dinámico, variable,
individual y colectivo, producto, también dinámico y variable de todos los
determinantes sociales y genéticos-biológicos-ecológicos que se originan en la
sociedad, se distribuyen socialmente y se expresan en nuestra biología (San
Martín y Pastor, 1988). Esta definición es la que asumiremos para el desarrollo
del presente trabajo, teniendo en cuenta todas las limitaciones expuestas.
1.3.
DETERMINANTES DE SALUD
Una vez analizada la definición de
salud, hemos visto la gran importancia de reflexionar sobre las características
concretas que en nuestro medio específico tienen los numerosos factores
relacionados con ella y las posibilidades de potenciarlos o modificarlos. La
forma de intervenir en los niveles de salud de la población es actuando sobre
sus determinantes. Conocer cual son y el peso que cada uno de ellos tiene en el
estado de salud de la población, es preliminar a cualquier intervención.
Para facilitar esta tarea, haremos una
breve presentación de los grandes grupos de factores que hoy son considerados
como determinantes de la salud, puesto que la salud humana es un fenómeno
complejo, resultante de una multiplicidad de interacciones pasadas y presentes
De los diversos análisis clásicos sobre los factores
que determinan la salud, el modelo de Laframboise es el más conocido, sobre
todo, tras la aplicación que hizo de él Lalonde a la realidad canadiense de
1974 en su informe "Nuevas
perspectivas sobre la salud de los canadienses". (Piedrola, 2001).
Este análisis otorga un papel preponderante a los
estilos de vida al comparar la proporción de muertes atribuibles a los cuatro
grandes grupos de causas con los fondos dedicados a luchar contra ese
determinante. Sin embargo es mínimo el porcentaje de gasto (1,2%) dedicado a
los factores de estilo de vida que son los que tienen la mayor repercusión
sobre la mortalidad (43%).
Este análisis presenta un grave defecto. No tiene
en cuenta la realidad multicausal ni la interacción entre diversas causas. Se
basa en la idea simplista, fuertemente arraigada en el hombre, de que una sola
causa es responsable de la enfermedad. No obstante, aún siendo un análisis
aproximado, resulta útil, ya que la tabla siguiente ayuda a comprender la
relativamente poca importancia del sistema de asistencia sanitaria como determinante
de la mortalidad.
Tabla
de Distribución de la mortalidad según sus causas y la proporción de
gastos federales asignados al sector sanitario en los EE.UU. Periodo 1974-76.
(Lalonde, 1976)
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|
Mortalidad
|
Gasto
|
Sistema de asistencia sanitaria
|
11 %
|
90.6 %
|
Medio ambiente
|
19 %
|
1.5 %
|
Estilo de vida
|
43 %
|
1.2 %
|
Biología humana
|
27 %
|
6.9 %
|
De esta forma la salud viene determinada por cuatro factores,
interaccionando entre si. Esos factores, desglosados, son:
· Factores ligados a la atención sanitaria: donde se incluyen la
cantidad, calidad, gratuidad y acceso a los servicios sanitarios. Son factores
que escapan al control del indivuo.
· Factores biológicos: donde se incluyen aquellas causas ligadas a
la genética y el envejecimiento celular.
Son factores internos del individuo.
· Factores ligados al medio ambiente: incluyen desde los
contaminantes ambientales a la presión sociocultural, dentro de un grupo de
factores externos al propio individuo.
· Factores ligados
al estilo de vida: comprenden un conjunto de decisiones que el propio
individuo toma respecto a su salud
La
participación de todos los anteriores factores para provocar enfermedades es
variable (Martínez, 1998). En aquellas enfermedades carenciales, infecciosas y
parasitarias hay un claro predominio de los factores ambientales. La pobreza está claramente ligada a este tipo
de dolencias, por tal razón las enfermedades infecciosas configuran el perfil
de mortalidad y morbilidad predominante en los países pobres subdesarrollados.
Por el contrario, las enfermedades crónicas no transmisibles, no dependen tanto
de la pobreza o del subdesarrollo como sí de factores como el estilo de vida,
comportamiento individual, bien sea que se presenten entre ricos o pobres. Hoy
en día, estas enfermedades son la primera causa de incapacidad, enfermedad y
muerte en todo el mundo, incluyendo los países subdesarrollados.
1.4.
FACTORES
DE RIESGO
Estos determinantes de salud se
concretan en una serie de factores de riesgo directo para la salud. En concreto
hay una serie de factores reconocidos por la OMS como factores de riesgo: Entre estos según recoge
la Organización Panamericana de Salud (OPS, 200), destacan, por el número de
bajas que provocan en el mundo industrializado, los siguientes:
Consumo de alcohol: Las repercusiones del alcohol en la salud en el
ámbito mundial han sido puestas de relieve por los datos obtenidos para el
Informe sobre la salud en el mundo 2002. El consumo de alcohol figura
entre los 10 primeros riesgos para la salud. En algunos países en
desarrollo, el alcohol es el primer riesgo sanitario, y en los países industrializados
ocupa el tercer lugar. El alcohol provoca 1,8 millones de muertes en todo
el mundo, que corresponden al 4% de la carga mundial de morbilidad; la
proporción más alta se registra en las Américas y en Europa. Según el ISM
2002, el alcohol provoca entre el 20% y el 30% del cáncer de esófago,
hepatitis, epilepsia, accidentes de circulación y homicidios y otros
traumatismos intencionados. Esas conclusiones han reforzado la labor de la
OMS para fortalecer su respuesta normativa en esa esfera.
- Consumo de tabaco: Se prevé que, en el año 2000, el tabaco causará la muerte de
alrededor de 4 millones de personas en todo el mundo. De hecho, ya es el
responsable de 1 de cada 10 muertes de personas adultas y se cree que en
el año 2030 la cifra llegará a 1 de cada 6, lo que equivale a 10 millones
de defunciones anuales, más que las producidas por ninguna otra causa y
más que el conjunto previsto de muertes por neumonía, enfermedades
diarreicas, tuberculosis y complicaciones obstétricas en ese año. Si las
tendencias actuales se mantienen,
alrededor de 500 millones de personas hoy vivas morirán a causa del
tabaco, la mitad de ellas durante su madurez productiva, con una pérdida
individual de 20 a 25 años de vida. Las muertes relacionadas con el
tabaco, que en el pasado se limitaban en gran medida a los varones de los
países de ingreso alto, se están extendiendo en la actualidad a las
mujeres de estas naciones y a los varones de todo el mundo. Así como en
los años noventa 2 de cada 3 muertes relacionadas con el tabaco se
producían en países de renta per cápita alta o en los antiguos estados
socialistas de Europa Oriental y Asia Central, en el 2030, 7 de cada 10
ocurrirán en las naciones de renta media y baja. De los 500 millones de
defunciones previsibles en las personas hoy vivas, alrededor de 100
millones afectarán a varones chinos.
- La inactividad física: es otro factor catalogado por la OMS como uno
de los factores de mayor riesgo para la salud. El estilo de vida
sedentario es uno de los principales factores contribuyentes a las
enfermedades no transmisibles. Las siguientes son algunas de las
características de la actividad física citadas en el informe sobre la
inactividad física en la mayor parte de los países occidentales realizado
por la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2002):
La mayoría de la población de todas las edades tiene una
vida inactiva.
La actividad física disminuye con la edad
Las mujeres tienden a ser más inactivas que los hombres
Las poblaciones de escasos ingresos son más inactivas físicamente
Es decir, que
casi tres cuartos de la población vivan un estilo de vida sedentario. Las
tendencias entre los adultos mayores indican que el nivel de actividad física
regular es muy bajo, en parte debido al mito de que los adultos mayores no se
benefician de la actividad física o no deberían ser físicamente activos. Al
contrario, la actividad física retarda significativamente la manifestación de
la deficiencia funcional y desarrolla autonomía. Es importante difundir estos
mensajes. La masificación del estilo de vida sedentario no es sólo el resultado
de opciones individuales, sino también del ambiente en que vivimos, que
promueve la inactividad. Por ejemplo, el aumento en el uso de transporte
motorizado y el desarrollo de nuevos instrumentos que facilitan el trabajo y
ahorran tiempo, causan que la población camine menos que en el pasado. Además,
en muchos países, la inseguridad en las calles y la falta de lugares públicos
recreativos son también razones importantes por las cuales muchas personas se
abstienen de ser más activas. Dado este
contexto, la poca atención prestada a la educación física en las escuelas es un
motivo de alta preocupación. En muchas escuelas, la educación física está
siendo progresivamente eliminada del currículo o reduciéndose a escasamente una
hora por semana de ejercicios pobremente estructurados. Llegar a ser activo
durante el transcurso de la vida puede estimularse enormemente mediante la
adopción temprana del hábito del ejercicio.
1.5.
PROMOCIÓN DE
SALUD.
Con la
combinación de estos factores y el reconocimiento de su influencia sobre la
salud, nace la idea de que no es suficiente con la asistencia sanitaria para
atender al estado de salud de la población. Así, y desde la Conferencia
Internacional sobre Promoción de Salud (OPS, 1987) se comienzan a implementar
programas y políticas de salud que atienden a las áreas de actuación en
promoción de la salud establecidas en la Carta de Ottawa. Estas áreas serian:
· Construir políticas saludables: Contribuir a la salud mediante la adopción de medidas políticas que
favorezcan la salud en aquellos sectores no directamente implicados en la
misma.
· Crear ambientes que favorezcan la salud: fomentar el apoyo para protegernos los unos a los otros, así como a
nuestras comunidades y a nuestro medio natural, contribuyendo a la creación de
ambientes y entornos tanto físicos, como psicológicos y sociales que conduzcan
al bienestar y productividad de la comunidad y a controlar o eliminar factores
de riesgo para la salud; su propósito fundamental es crear o sostener ambientes
y procesos favorables al aprendizaje de habilidades para la vida.
· Desarrollar habilidades personales: Que la promoción de la salud favorezca el desarrollo personal y social
mediante la información, la educación y el desarrollo de aptitudes
indispensables para la vida. Así se aumenta el “empoderamiento” de la
población, lo que significa dar herramientas a la comunidad para que ejerza un
mayor control sobre su propia salud y sobre el medio ambiente y para que opte
por todo lo que le propicie salud.
· Reforzar la acción comunitaria: Como una práctica efectiva en la fijación de prioridades, en la toma de
decisiones y en la elaboración y puesta en marcha de acciones de planificación
para alcanzar un mejor nivel de salud. En el caso de los escolares seria
mejorar la participación entre la escuela y la comunidad, involucrando madres y
padres de familia, el sector público y privado y la sociedad en general en
torno a su bienestar.
· Reorientar los servicios de salud: Como un trabajo de toda la sociedad para la consecución de un sistema
de protección de la salud que propicie que se trascienda la prestación de
servicios médicos y clínicos y que los servicios de salud se orienten a las
necesidades culturales de los individuos y favorezcan la necesidad colectiva de
una vida más sana.
Todos
estas áreas se relacionan entre si a través de las políticas de salud como
interconexión del resto de factores, pues sin ellas es difícil que un estado
logre obtener beneficios en materia de salud. Esto se refleja en el siguiente
esquema.
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Crear
un entorno saludable
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Desarrollar
aptitudes y recursos individuales
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Reforzar
la acción comunitaria
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Reorientar
los servicios de salud
|
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Establecer
políticas saludables
|
Adaptado
de Rochon, 1991
Según la
Carta de Ottawa (OPS, 1987) la promoción de la salud consiste en proporcionar
a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor
control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico,
mental y social un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar
sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al
medio ambiente.
Y para
que esto sea posible, es necesario que se cumplan una serie de principios clave para la promoción de la salud y que son:
(Colomer y Álvarez-Dardet, 2001):
· Implicar a la población en su conjunto y en el contexto de su vida
diaria, en lugar de dirigirse a grupos de población con riesgo de enfermedades
específicas.
· Centrarse en la acción sobre las causas o determinantes de la salud para
asegurar que el ambiente que está más allá del control de los individuos
sea favorable a la salud.
· Combinar métodos o planteamientos diversos pero complementarios,
incluyendo comunicación, educación, legislación, medidas fiscales, cambio
organizativo y desarrollo comunitario.
· Aspirar a la participación efectiva de la población, favoreciendo la
autoayuda y animando a las personas a encontrar su manera de promocionar la
salud en sus comunidades.
· Aunque la promoción de la salud es básicamente una actividad del ámbito
de la salud y del ámbito social, y no un servicio médico, los profesionales
sanitarios, especialmente los de atención primaria, desempeñan un importante
papel en apoyar y facilitar la promoción de la salud.
Esto hace
que la promoción de la salud se dirija a la población en su conjunto, y no sólo
a grupos de riesgo o personas enfermas, como hasta el momento. Se establece
como objetivo capacitar a la población para que pueda controlar su propia salud
y su enfermedad, y sean más autónomos. Para que no se dependa única y
exclusivamente de los servicios profesionales para tratar la salud.
A
tendiendo a esto, la promoción de la salud surge como una estrategia
complementaria que incluye diversas medidas –legislativas, educativas,
económicas, etc.–. Al depender la promoción de la salud de la participación
activa de la población, la Educación para la Salud es una herramienta muy importante
en este proceso, ya que ésta no solo proporciona a las personas la posibilidad
de adoptar creencias, hábitos y actitudes saludables, sino que también conlleva
una concienciación de la comunidad para conocer los factores que influyen en su
salud y cómo potenciarlos o transformarlos.
El saber
cómo alcanzar la salud conlleva una intervención de transformación o refuerzo
de los factores que influyen en la salud; intervención en gran medida
comunitaria, ya que el grado de salud también depende de factores sociales.
Cuando se
habla de promoción de salud se incluyen acciones orientadas hacia el
mejoramiento de las condiciones de vida de todos los individuos de una
comunidad. Esto implica vivienda, seguridad alimentaria, empleo, educación,
recreación, ecosistemas estables y ambientes sociales saludables. En este campo
se conciben acciones de gran arraigo político y su implementación esta
supeditada a la concertación entre diversas fuerzas sociales, a la acción
intersectorial y, ante todo, al desarrollo económico y social de cada país. Se
enmarcan aquí políticas como la de los "municipios saludables",
impulsada desde la misma OMS.
El papel
del agente de salud en esta perspectiva, se concibe más como dinamizador
social, una especie de catalizador de acciones de amplia base comunitaria en
una concepción intersectorial. El mayor impacto de una intervención exitosa en
este sentido, se observaría sobre las enfermedades infecciosas y parasitarias
con marcada mejoría en la supervivencia de la población materno infantil, más
que sobre los estilos de vida. Por ello se utiliza este nivel de supervivencia
materno-infantil como indicador comparativo del estado de desarrollo de los
programas de promoción de salud en los distintos países.
Si
atendemos a los estudios del equipo de Portero López ( Portero y col, 2002), se
observan que los factores de especial relevancia en los programas de
promoción de salud deben incluir los siguientes:
·
Edad: Mientras
que en los grupos más jóvenes de 14 a 17 años, aparece una vertiente moral que
señala cierta culpabilidad en el binomio salud / enfermedad (Yo no he hecho
nada malo para que me pase algo) acentuando, en ese sentido, la idea de
inmunidad propia del joven en el caso de la salud, en los grupos de edad mayor
se acentúa la idea de salud desde la perspectiva del estado de armonía entre
cuerpo y psique (La salud es el conjunto de bienestar físico y mental)
·
Clase social:
También se detecta una influencia determinante respecto de la concepción de la
salud en relación con el estatus social de pertenencia del joven; así, mientras
que los niveles más bajos poseen un nivel muy precario de información (Yo no
sé lo que es el VIH) y trasladan la responsabilidad tanto de la enfermedad
como de la información al propio sistema social (Ellos tienen que
informarnos más), en los estatus más altos, con mayor nivel de información,
cobran mayor peso agentes definidos socialmente y cercanos al círculo de los
individuos. En este sentido se destaca el papel de la familia como muy
importante tanto en la creación de hábitos (formativos) cuanto de dispositivo
de información.
·
Sexo: entre
hombres y mujeres hay una serie de diferencias respecto a su concepción de
salud, debido a multitud de factores tanto psicológicos como fisiológicos, y,
aunque esto no debe condicionar el tratamiento de los datos que puedan
necesitarse para un estudio sobre el tema, si que han de tenerse en cuenta la hora de analizar estas concepciones y los
factores que se relaciona con la salud.
En la 54ª Asamblea Mundial de la Salud, varios
Estados Miembros consideraron que, en el contexto de la promoción de la salud,
la OMS debería intensificar su trabajo sobre estrategias mundiales eficaces en
favor de la nutrición y de la actividad física, factores fundamentales para
prevenir las enfermedades no transmisibles. La Comisión sobre Macroeconomía y Salud afirma en su informe que muchas
enfermedades no transmisibles, como las afecciones cardiovasculares, la diabetes, las
enfermedades mentales y el cáncer, pueden tratarse eficazmente mediante
intervenciones relativamente baratas, en particular acciones preventivas
relacionadas con el régimen alimentario, el consumo de tabaco y el modo de
vida.
Definidas en el Objetivo
13: Políticas Públicas Saludables del Programa Salud para todos en el año 2000
(Peiro, 2000): Las políticas en todos los estados miembros deberían asegurar
mecanismos legislativos administrativos y económicos que provean amplio apoyo
intersectorial y recursos para la promoción de los estilos de vida saludables
asegurando una participación efectiva de las personas en todos los niveles del
proceso de toma de decisión. Este objetivo para su consecución debería estar apoyado por: 1) planes de salud
estratégicos a nivel del gobierno, 2) acciones intersectoriales sobre cuestiones que afecten la salud y los estilos
de vida, 3) la evaluación periódica de las políticas existentes y su relación
con la salud y 4) el establecimiento de mecanismos para involucrar a la población en las políticas de planificación y desarrollo.